Agenda Empresarial

Local    lunes, 23 de septiembre de 2019

  • Del consumo superfluo al minimalista

Ivonne Tapia Villagómez.

Sin duda alguna, en estos tiempos todos hemos pasado de ser el horno sapiens al homo consumens, declarándonos de esta formo como "todos somos consumidores".

Lo anterior parte de las reflexiones hechas por la búsqueda de la identidad del homo consumens, que se caracteriza por pensar la vida como arte, simulación y apariencias, donde es posible comprar emociones, un cuerpo nuevo, y percibir el tiempo desde otros parámetros referidos por Gilles Lipovetsky y Zigmunt Bauman. Pareciera que todas las acciones del homo consumens forman parte de un relato fabricado desde el producto, la publicidad, la experiencia del hombre, sus deseos, y el consumo, que provoca una nueva necesidad. Dicho de esta forma se puede inferir que desde que el hombre es hombre, su comportamiento es mayormente tendiente al consumo, ya sea por necesidad o por deseo. Pero, ¿Por qué el hombre, llevado exclusivamente por el deseo, consume lo innecesario? ¿Por qué habiendo satisfecho sus necesidades más elementales como son las biológicas, de alimentación, vivienda, vestimenta... se ve arrastrado por la ola del consumismo? ¿Qué tiene el consumismo que vuelve lo innecesario en necesario para satisfacer deseos? ¿Qué es lo que le lleva al hombre a bloquear sus frustraciones, y animar el espíritu deprimido con el solo hecho de consumir ¿Por qué seducen los objetos de consumo? ¿por su necesidad y utilidad o por la belleza en que nos son presentados, aunque sean prácticamente inútiles? ¿Por qué el hombre se convierte en lo que consume? Eduardo Galeano, en diversos textos critican el consumismo y hace referencia al consumidor consumo superfluo y productor de basura, presa de un consumo efímero: "úsese y tírese" y que empatiza con la demanda de la comercialización. En su libro "El imperio del consumo", critica el derroche, la explosión del consumo, la vergüenza de no tener, la uniformidad obligatoria, la confusión entre la cantidad y la calidad, la basura disfrazada de comida, el dominio de la publicidad como lengua universal, el mundo convertido en una gran pantalla de televisión donde las cosas se miran, pero no se tocan. En el mismo orden de ideas. Xavier Velasco, en su obra "Materialismo histérico", hace referencia a temas como el crédito, la demanda y la oferta, la avidez. Y todo esto se da, porque la vida gira en torno al dinero, la venta y la compra de bienes y servicios en la lógica de que el dinero se hizo para gastarse y porque no hacerlo en un centro comercial.

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.



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